ASTROLOGÍA Y CAMPOS MAGNÉTICOS
POR JUAN MANUEL MARTÍNEZ PUERTAS
Este informe presenta una hipótesis sobre los fundamentos de la influencia astrológica, fundamentos científicos que al mismo tiempo tienen el ingrediente de los fundamentos esotéricos, ya que la astrología no puede sustraerse ni de un campo, ni del otro. La astrología es en una ciencia en gestación, y esta hipótesis es una teoría que se está gestando como modelo de explicación sobre el funcionamiento de la misma, sobre el origen de las llamadas influencias astrológicas. Pretende ser una idea que crezca conforme avance el saber científico y el saber astrológico.
La Eclíptica
La eclíptica; es el camino trazado por el Sol visto desde la Tierra, es el punto de referencia fundamental del cálculo de las posiciones astrológicas. Es a partir de ella como medimos las longitudes planetarias y las de las casas. Nuestro primer paso será averiguar si existe algún tipo de energía que trace el camino del Sol tal y como es visto desde la Tierra. Para ello comenzaremos explicando que el viento solar es una emisión de plasma. La física define el plasma como el cuarto estado de la materia, un gas eléctricamente neutro, fuertemente ionizado , compuesto de iones, electrones y partículas neutras que se encontraría en todo el Universo y, en nuestro sistema planetario, sería emitido por el Sol y absorbido por toda la materia, la Tierra incluida. El viento solar, es una emisión de radiaciones de los constituyentes de la corona solar, son partículas cargadas eléctricamente, dichas partículas llegan a una velocidad de 400 a 500 km. por segundo y supone más de un millón de toneladas por segundo; 94 por ciento de protones, además de electrones, helio y otros iones
Sabemos que la Tierra está rodeada de una magnetosfera protectora de las radiaciones procedentes del espacio exterior, principalmente de las radiaciones mencionadas. El efecto de la radiación solar sobre la magnetosfera crea una especie de onda de choque, de manera que ésta magnetosfera presenta la forma de una lágrima con la punta orientada al lado opuesto del Sol. Las partículas que consiguen atravesarla, lo hacen sobre todo a través de los polos magnéticos, y desde ahí comienzan a girar en espiral en los cinturones de Van Allen, dos anillos en forma de roscos, los cuales se interrumpen en los citados polos, lo que como sabemos, ayuda a que las naves espaciales entren y salgan de la Tierra sin el peligro que supone para los astronautas y los vehículos espaciales las radiaciones que quedan atrapadas. Al llegar a la zona de influencia del campo magnético terrestre (también llamada Magnetosfera) todas estas partículas cargadas que provienen de la radiación cósmica y del viento solar, sufren la acción desviadora de las fuerzas magnéticas. Éstas se producen en una dirección perpendicular a la trayectoria de la partícula y a las líneas de fuerza del campo magnético terrestre y sitúan a una importante cantidad de protones y electrones en órbita a la Tierra que según los últimos descubrimientos, al llegar a los cinturones citados, éstos se comportan como un acelerador de partículas, impulsando a los electrones hasta cerca de la velocidad de la luz en apenas unos minutos. Las mediciones que están realizándose por expertos mediante alta tecnología, podrá revelarnos la aceleración, la intensidad y la posición de las regiones más activas.
Las corrientes magnéticas que fluyen en la ionosfera siguen el ecuador magnético y los dos polos.
Corte de la distribución de los Cinturones de Van Allen, de la cola de plasma, la magnetosfera y el viento solar.
Estos cinturones también nos protegen de los distantes rayos cósmicos, provenientes de nuestra galaxia y de galaxias lejanas. Las partículas giran a gran velocidad alrededor del eje magnético de la Tierra distribuyéndose en los dos cinturones de radiación. El exterior va de una altitud de 19.000 a 41.000 km. y el interior desde los 13.000 a los 7.600 km. que se encuentran aproximadamente a 18.000 Kms. Las partículas del viento solar atrapadas por la magnetosfera interactúan con las moléculas del aire existente en la zona alta de la atmósfera, dichas partículas entran por estrechas bandas ovaladas de unos 10 a 20 grados de radio, centradas sobre cada uno de los polos magnéticos, produciendo una excitación e ionización de los átomos y moléculas de la atmósfera superior, de esa manera se producen las auroras polares.
Al igual que la magnetosfera, la zona de los cinturones que se extiende por el lado de la sombra creada por la línea Tierra-Sol, forma esa especie de lágrima, que nos recuerda mucho a una cola cometaria, siendo detectada hasta. a 240.000 km. de distancia. Obsérvense los intensos campos de energía electromagnética que genera el Sol alrededor de la Tierra, y como la punta de esa especie de cola cometaria señala constantemente en sentido opuesto a la posición del Sol, y siempre en el plano de la eclíptica. De este modo podemos concluir que la citada eclíptica no es solamente un concepto abstracto, sino que produce una onda electromagnética de choque orientada en un sentido bien definido y coincidente con la línea Sol-Tierra.
Siempre he pensado que la auténtica astrología proviene de civilizaciones más avanzadas y de las que apenas nos queda rastro. Y quizás por el conocimiento de estos mecanismos, la longitud de los planetas respecto al ecuador celeste (ascensión recta), no ha tenido nunca la consideración astrológica que posee la longitud eclíptica. Por lo tanto mi deducción es que la eclíptica es la base fundamental del cálculo astrológico.
El Ecuador Celeste
El ecuador celeste, o línea equinoccial es el plano perpendicular al eje de rotación de la tierra, que pasa por el centro de la tierra. El ecuador celeste es una proyección imaginaria del ecuador en el espacio. ¿Pero es realmente imaginaria?. Vamos a ver que también existe una banda de energía en el ecuador magnético. Como anticipamos anteriormente, existen corrientes electromagnéticas que circulan en la ionosfera. Dos ocurren en los polos magnéticos; son los llamados electrochorros polares. La otra sigue el ecuador magnético, es el llamado electrochorro ecuatorial. Según las investigaciones de María Andrea Van Zele ,del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, la corriente de plasma en el anillo ecuatorial va desde el este hacia el oeste, a una distancia de 4 a 7 radios terrestres.